La originaria población ibera de Arse entra en nuestra Historia en el año 219 a.C. cuando el ejército cartaginés de Aníbal destruye la ciudad tras varios meses de asedio. Los asediados, aliados de Roma, habían pedido ayuda a la República romana sin haber recibido la respuesta deseada por parte del Senado romano. No obstante, este hecho y el posterior cruce del río Ebro por las tropas cartaginesas, rompiendo así el Tratado de paz del Ebro entre Roma y Cartago y vigente desde la Primera Guerra Púnica, dio pie a nuevo inicio de las hostilidades entre las dos potencias mediterráneas: la Segunda Guerra Púnica.
Bajo ese escenario, en el 214 a.C. la ciudad es conquistada por las legiones romanas de Cneo y Publio Escipión, iniciando así un largo período de romanización y prosperidad para la nueva población de Saguntum. En el 4 a.C. obtiene el rango de municipium, adquiriendo a partir de este momento una monumentalidad extraordinaria, certificada por la existencia de un circo, edificación sólo accesible para unas pocas y privilegiadas ciudades.
El Sagunto romano cuenta con importantes vestigios de su pasado como el teatro y el circo en el aspecto lúdico, el foro y algunas domus romanas.
EL CIRCO ROMANO
El circo romano de Sagunto tenía capacidad para 15.000 – 20.000 espectadores. Su construcción se realizó a mediados del siglo II d.C. El único vestigio que queda en pie del circo romano es una puerta meridional, en el Carrer dels Horts. La estructura actual, de sillares de piedra caliza, y una altura de 2,20m. debió de contar con una estructura arquitectónica superior, donde estaría ubicada una tribuna. En el Carrer Circ Roma estaría situada la puerta principal o Triumphalis, por donde salían los triunfadores de las carreras.
El principal reclamo de la ciudad lo constituye el polémico teatro romano de Sagunto. Se edificó en el siglo I d.C., en época del emperador Tiberio, aprovechando la pendiente del terreno. Tenía capacidad para unas cuatro mil personas. En 1988 se inició la rehabilitación del teatro, diseñada por los arquitectos Giorgio Grassi y Manuel Portaceli, que ha estado rodeada de una enorme polémica. El litigio judicial, que ha durado casi veinte años, finalizó en abril del 2009 con una sentencia del TSJ de la Comunitat Valenciana que ha declarado la “imposibilidad legal” para demoler las obras de restauración del teatro. La Conselleria de Cultura de la Generalitat tiene previsto poner en marcha un espacio museístico anexo al teatro, que de cobijo a los objetos hallados en el mismo.
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