Ya se habla de la ciudad de Sagunto en algunos textos de la literatura clásica, relacionándola con acontecimientos sucedidos en la segunda guerra púnica. El oppidum ibérico de Arse, se localiza en la montaña del Castell de Sagunt, pasando con el tiempo a ser la Saguntum romana. Su participación en los círculos comerciales se documenta desde el siglo VI a.C. en el Grau Vell, llegando a convertirse en un punto estratégico de las relaciones comerciales del Mediterráneo.
Sagunto se encuentra a orillas del río Palancia. El río es poco sinuoso y tiene un fuerte gradiente hasta las cercanías de la misma ciudad de Sagunto. Después de bordear el casco de la ciudad, se aboca en un cono aluvial, más propiamente que un verdadero delta, por cuanto su pendiente es de 5,7 por mil en los últimos 4 km, superior al normal de los deltas.
Ermita de la SoledadLa historia del castillo se remonta al siglo V a.C., cuando en el lugar se fundó la ciudad ibérica de Arse. Era una ciudad próspera, hasta que en el 218 a.C el famoso general cartaginés Aníbal la asedió durante meses con su ejército. Este asedio originó la reacción del ejército romano, dando lugar a la Segunda Guerra Púnica.
La ciudad ibérica de Arse paulatinamente se romanizó, convirtiéndose en Saguntum, origen del nombre actual. Durante el período islámico la ciudad vivió un segundo momento de esplendor, y el castillo fue ampliado. Ya bajo el dominio cristiano el Castillo de Sagunto se amplió nuevamente. A las modificaciones realizadas en esta época, como así también durante la Guerra de Independencias, se debe el aspecto actual de las ruinas.
La ciudad ibero-edetana fue asediada por el general Aníbal en el año 219 a. C. debido a su situación estratégica. El asedio duró ocho meses, y los habitantes de Saguntum basaron su estrategia en que Aníbal no podría atravesar las enormes murallas que cercaban la ciudad en poco tiempo. Pese a la negativa de ayuda de las comarcas de alrededor, que veían con temor el creciente poder de Saguntum sobre los pueblos de la región, pudieron resistir los embates del ejército cartaginés para tomar la ciudad. La situación se hizo insostenible tras la negligencia y tardanza de la República romana de enviar ayuda a los saguntinos. La ciudad desmoralizada pudo resistir unos meses más ante un ejército mayor en número y en recursos; hay que tener en cuenta que el ejército que asedió la ciudad se había formado con el objetivo final de derrotar a Roma, además de estar comandado por uno de los grandes caudillos de la antigüedad. Tras varias semanas de asaltos frontales Saguntum cayó. Aníbal tenía tres motivos para tomar la ciudad sin causarle daños severos: financiar su expedición a Roma con las riquezas obtenidas del saqueo; incorporar a sus filas la mayoría de hombres aptos para su incursión, y dejar a su hermano Asdrúbal, una plaza fuerte más cercana a Qart Hadasht (la actual Cartagena). Y así sucedió. A continuación se narra una versión muy "romántica" de la toma de Saguntum, que no es veraz: Tras la conquista, Aníbal se encontró con una ciudad desolada, parcialmente destruida y quemada. Aquello enfureció al cartaginés que había sacrificado tiempo, soldados y recursos en la conquista de la ciudad. Cuenta la leyenda que los saguntinos, al no recibir la ayuda de los romanos, se negaron a rendirse y decidieron encender una gran hoguera y arrojarse a ella. La caída de Arse marcó el inicio de la segunda guerra púnica entre Cartago y la república de Roma.
Siete años después la ciudad fue recuperada por los romanos, y renombrada Saguntum. En el 214 a. C., pasó a ser administrada como municipium (municipio romano); los romanos construyeron un gran circo en la parte baja de la ciudad y un teatro con capacidad para ocho mil espectadores. También se han encontrado documentos de que la ciudad pudiera haber tenido un anfiteatro y llegase, con su territorio en la época romana, a tener 50 000 habitantes.
Tras la caída del Imperio romano de occidente, la ciudad fue atacada y casi destruida por los pueblos germánicos del norte del imperio.
Teatro romano de Sagunto
Aunque su planificación es de la época de Augusto, su finalización dataría de la de Tiberio (14-37). Algunos estudios de los restos arqueológicos permiten establecer una primera fase de construcción alrededor del año 50, y una segunda a mediados del siglo III, fase durante la cual el edificio habría sido remodelado. No se conoce el momento en que se abandonó el teatro. Un texto árabe del siglo X, obra de Al-Razi, alude a un palacio, apreciación que puede sugerir que el autor vio todavía en pie una parte de la columnata de la escena ya que, de hecho, los análisis estratigráficos de las excavaciones datan el hundimiento de la misma antes del final del siglo XVI.
A partir de la Edad Media el teatro no fue más que una avanzada del castillo y tuvo, por tanto, un uso militar, que contribuyó a su conservación parcial. Es posible que los movimientos de las Germanías, en los que Sagunto se vio involucrada, y la represión de los mismos dieran lugar al derrumbamiento definitivo de la escena.
Barrio de la judería
Se tiene constancia de la presencia hebrea en Sagunto desde tiempos muy remotos. Gracias a unas inscripciones encontradas en placas de plomo, se puede datar desde fines del s. I o principios del s. II. Se trata probablemente de los documentos más antiguos que conservamos que confirman la presencia judía en la península ibérica, tal vez consecuencia de la diáspora tras la conquista romana de Palestina y la destrucción del templo de Salomón en el año 70
La importancia de la comunidad judía morvedrina queda de manifiesto en el hecho de que determinados cargos públicos son desempeñados por judíos, como por ejemplo el de baile, sobre todo durante el reinado de Jaime I. Próximos al poder real, eran a ojos del monarca administradores eficaces. Aun así, en 1283 Pedro el Grande prohíbe a los judíos ejercer cargos públicos.
Las actividades económicas de los judíos eran esencialmente urbanas, y la mayoría se ganaban la vida como artesanos o comerciantes. Fueron famosos los orfebres de Murviedro, especialmente los plateros. En el s. XV destaca Vidal Astori, quien llegó a ser platero del rey.
El 31 de marzo de 1492 los Reyes Católicos firmaron el decreto de la Alhambra, o edicto de expulsión de los judíos de las Coronas de Castilla y de Aragón. Alrededor de 700 judíos de Sagunto, cifra que representaba un tercio de sus habitantes, tendrán que abandonar el país antes del 31 de julio. Junto con otros judíos del territorio valenciano y de aquellos llegados desde Aragón, los morvedrinos embarcarán en el puerto de Sagunto para dirigirse principalmente a Italia y al norte de África.
Puerto de Sagunto
Alto horno en el Puerto de Sagunto
La construcción del Horno Alto comenzó en 1922, obteniendo su primera colada de hierro el 26 de junio de 1926, que formada por mineral de hierro, carbón de coque y caliza, suponía el paso previo a la obtención del acero.
El Horno Alto nº 2 es el exponente más significativo del Patrimonio Industrial de Puerto de Sagunto. Su puesta en valor con fines didácticos, tras su restauración para ser convertido en monumento del patrimonio industrial valenciano, nos aproxima al proceso industrial de la Siderurgia y al relato de la memoria obrera.
«Escudo embaldosado, de oro con cuatro palos de gules. Fuera del escudo en el extremo, sobre los dos lados superiores del escudo, cinco estrellas de plata de seis puntas. A derecha e izquierda de los lados inferiores una M y una L de oro respectivamente. Bajo del escudo una flor de lis azul. Por timbre, una corona real abierta».
--------------------------------------Los árabes tomaron la ciudad en el 713. A partir de esta época es cuando el topónimo Saguntum cambió a Morbyter y otras variantes, y más tarde se denominaría Murviedro en castellano y Murvedre o Morvedre en valenciano, denominaciones derivadas de los muri veteres ("muros viejos", "muros veteranos") de la Edad Media. Tras la invasión de los árabes, inició su decadencia a favor de Balansiya (Valencia).
En 1239 se produjo la conquista de la ciudad por Jaime I el Conquistador, rey de la Corona de Aragón.
Durante la guerra de la independencia española Sagunto fue tomada por los franceses. En 1811 la ciudad fue sitiada durante 34 días, en los cuales unos 2900 soldados españoles establecidos en el castillo se defendían de los ataques de los hombres del Mariscal Suchet. El 26 de octubre, el coronel Andriani, nombrado gobernador de la plaza, se rendía tras la derrota sufrida el día anterior por el ejército español en la llamada batalla de Sagunto. Los franceses, tras la valentía demostrada de los soldados españoles en la batalla, les dejaron salir con vida de Sagunto. Ellos reforzaron las defensas del castillo, desmocharon los campanarios y permanecieron en la villa hasta el 22 de mayo de 1814.
En 1868, el nuevo Gobierno Provisional modificó el nombre de la ciudad, llamada Murviedro desde hacía más de diez siglos, por el antiguo nombre romano de Sagunto, siguiendo los cánones románticos y clasicistas de la época: se restituyó a Murviedro el glorioso nombre de Sagunto.
Fue en Sagunto donde, en diciembre de 1874, se produjo el pronunciamiento militar encabezado por el general Martínez Campos, que puso fin a la I República y originó el periodo de la Historia de España conocida como Restauración borbónica.
A principios del siglo XX se desarrolló una potente industria siderúrgica alrededor del Puerto de Sagunto, originando el actual núcleo urbano del Puerto. En los años 80, debido a la reconversión industrial y a la crisis económica, se cerró el último alto horno. Cabe destacar que toda historia relacionada con el Puerto de Sagunto forma parte de Sagunto, ya que los dos núcleos de población forman parte del mismo municipio.
La ciudad se declaró seguidamente como zona industrial, lo que favoreció una mayor diversificación de su sector productivo (cementos, química) y una especialización del sector siderometalúrgico, atrayendo las inversiones de grandes sociedades, como el grupo Arcelor o la Thyssen Krupp.
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